El acuerdo político entre Osvaldo Jaldo y Germán Alfaro no sólo generó resquemores dentro del oficialismo, sino que también comenzó a provocar reacciones en la oposición. Anoche, los seis legisladores electos por el radicalismo se reunieron para tratar de consensuar una reacción a los movimientos políticos de la Casa de Gobierno y de la Intendencia.
“El Parador”, restaurante ubicado en avenida Mate de Luna y Dean Funes, cobijó la cena que mantuvieron José Cano, Silvia Elías de Pérez, Mariano Campero, Raquel Nievas, José Seleme y Agustín Romano Norri (legisladores electos) y el presidente de la junta de Gobierno de la UCR en Tucumán, Roberto Sánchez. También Manuel Courel, quien ocupará la banca que dejará Campero cuando asuma en Diputados, el 10 de diciembre. Se trató de la primera reunión de los parlamentarios radicales, justo en la semana previa al acto de asunción y elección de autoridades de la Cámara, prevista para este sábado. Además, y no es casual, la concretaron en la víspera de la visita que este martes realizan el intendente Alfaro y sus legisladores a Jaldo, en la Legislatura.
El reacomodamiento político del líder del Partido por la Justicia Social es motivo de ruido dentro de Juntos por el Cambio en Tucumán. En particular, porque se dio en medio de un proceso electoral que para la alianza opositora finalizó el domingo, al quedar afuera del balotaje la candidata Patricia Bullrich. El propio Mariano Campero, en la misma noche de la jornada electoral y luego de haber conseguido la banca de diputado, deslizó críticas contra Alfaro aunque las justificó en el “duelo” que el intendente –dijo- debe estar haciendo por haber perdido la elección provincial y las PASO frente a él.
El malestar se potenció con el correr de las horas y se consumó en el mediodía del lunes con la conformación de la mesa del Concejo Deliberante, en la que jaldistas y alfaristas acordaron la línea de autoridades. Este pacto, tal como se comentó, comenzó a forjarse el miércoles de la semana pasada, en la cena que mantuvieron Jaldo y Alfaro. Hay radicales que, ayer, advertían que dirigentes del PJS llegaron el domingo incluso a repartir votos de los candidatos de Unión por la Patria.
Por eso la preocupación y la tensión en aumento, a medida que crece la posibilidad de un acuerdo entre el alfarismo y el jaldismo en la Legislatura. Lo que está en puja es la vicepresidencia primera de la Cámara. El gobernador electo pretende que allí se siente un representante de la oposición, y la prioridad parece tenerla el espacio del intendente Alfaro. Lo curioso es que el PJS no es la primera minoría en el recinto, sino que lo es la UCR. El intendente tiene como representantes legislativos a Alfredo Toscano, a Claudio Viña (Nueva Fuerza), a Rodolfo Ocaranza y a Rolando “Tano” Alfaro. Su ex secretario de Gobierno, Walter Berarducci, que ya no ocultaba su separación del espacio por el que renovó la banca, finalmente se sentó a la mesa con Jaldo y el alfarismo. En contrapartida, el radicalismo cuenta con seis bancas. “Además administramos tres intendencias y tenemos una veintena de concejales”, añadió uno de los radicales presentes en el mitin, en alusión a los municipios de Yerba Buena, de Concepción y de Bella Vista. El alfarismo, en cambio, perdió San Miguel de Tucumán, el único distrito que administraba, en manos de la oficialista Rossana Chahla.
La hoja de ruta para los radicales incluye como prioridad un pedido de reunión con Miguel Acevedo, vicegobernador electo. El emisario será Campero, quien por su rol de intendente mantiene diálogo fluido con el todavía ministro del Interior. Luego, si hay buenas perspectivas, avanzarán en la idea de conformar una bancada única, cuya presidencia recaería en manos de Cano o de Elías de Pérez, los más experimentados.
Por lo pronto, Juntos por el Cambio en Tucumán da sus primeras señales de implosión, luego de un 2023 en el que cedieron espacios provinciales y que cierra con la alianza afuera del balotaje presidencial.